Aplicar inteligencia artificial sin ningún tipo de sentido y automatización sin ningún tipo de estrategia. ¿Te suena esto? ¡Ojalá no! Pero, por desgracia, esto es lo que estoy viendo cada vez más en diferentes clientes y en diferentes empresas que conozco. Hablo con compañeros que trabajan en el mundo de la tecnología de la información, con expertos en marketing digital, con creadores de contenido, ¡incluso con aquellos que se dedican a la creación de activos visuales! Y ninguna se ha preguntado antes de usarla: ¿Cómo usar la inteligencia artificial de forma inteligente?

Y, ¿sabes qué? La historia se repite. Parece que, como la inteligencia artificial es algo que se supone que es un bombazo, el «boom» del momento, y te lo sabe hacer todo (porque aquello es como la panacea, ¿verdad?), muchísima gente lo que está haciendo es meter con calzador la inteligencia artificial dentro de su proceso. Y esto lo hacen incluso si no tiene sentido o, lo que es peor, ¡si perjudica el proceso que ya tienen a día de hoy! Lo hacen sin marcar ninguna estrategia y sin marcar ningún sentido. Simplemente utilizan ChatGPT en la versión gratuita porque han visto que así te pinta una imagen medio chula, o te escribe un texto rápido, y lo meten no sé dónde sin ningún tipo de estrategia, sin ningún tipo de estandarización ni escalabilidad. ¡Es un error garrafal, te lo aseguro!
¿Por qué la inteligencia artificial «a capón» no funciona?
Deja que te ponga un ejemplo real, uno que me he encontrado algunas veces y que, para mí, ilustra perfectamente el problema. Imagina que quieres hacer un carrusel de productos para subir en Instagram. La idea, claro, es que sea consecuente y coherente con tu marca, y que además sea escalable, porque siempre quieres utilizar el mismo estilo y dar una imagen unificada de tu marca o de tu producto en Instagram. ¡Es lógico!
¿Qué está haciendo la gente con la IA?
Pues bueno, en lugar de que el compañero o compañera de marketing contrate una agencia o un freelancer que pueda hacer ese contenido de forma escalable, dejándote una plantilla (un «template») para que tú lo utilices en el futuro, ¿qué hacen? Le piden a la IA: «Oye, créame con estas cuatro imágenes que te paso, cuatro imágenes con los beneficios clave y con los títulos impactantes, un título bueno, el logo bien puesto, etc.». Le pasan todos los elementos (los famosos «assets») y le dicen que les cree un carrusel maravilloso. Y, ¿sorpresa? ¡Va y te crea el carrusel perfectamente con esas cuatro imágenes!
¿Cuál es el problema de usar mal la IA?
Pues que el día de mañana queremos utilizar imágenes del mismo tipo y, obviamente, ChatGPT (o cualquier otra IA de creación de imagen) lo que puede hacer es acertar algunas muy similares, ¡pero no exactamente iguales! Entonces, empezamos a perder la coherencia. ¿Por qué? Porque no estamos creando ni una «brand guideline» (ninguna guía de marca), ninguna guía que podamos seguir en el futuro. Ni estamos creando un proceso estructurado y organizado para que podamos hacer lo mismo en versiones siguientes. Simplemente lo hemos «tirado ahí», a ver qué sale, y queremos que dentro de cinco días, cuando queramos hacer el mismo carrusel para otro tipo de producto o incluso para otra web de la misma marca, ¡pues va a funcionar igual! Y la verdad es que no es así, no funciona así.
Entonces, ¿cómo usar la inteligencia artificial de forma inteligente?
Valga la redundancia. La clave, amigos, está en utilizar la inteligencia artificial de manera inteligente. Y esto, para mí, pasa por una planificación y una estrategia clara. ¿Cómo deberíamos utilizarla? Pues de manera inteligente, claro. Lo primero es, sin duda, definiendo un plan. Si vamos a usar la inteligencia artificial en todas las tareas de creación de contenido, ¡perfecto! Pero hagámoslo con cabeza. Aquí te dejo los pasos clave que, en mi opinión, deberías seguir:

Paso 1: definimos un plan y estudiamos el mercado
Lo primero que hacemos en el plan es un estudio de mercado. ¿Cuáles son las herramientas que más se adaptan al tipo de contenido que queremos crear y al tipo de trabajo que nosotros hacemos? No todas las IA son iguales ni sirven para lo mismo. Así que, ¡a investigar! Estudiamos a fondo las herramientas que hay en el mercado. Es como cuando vas a comprar un coche, no te lanzas a la primera que ves, ¿verdad? Pues esto es igual.
Paso 2: fase de testeo con todo el equipo
Una vez que hemos estudiado las herramientas de mercado y hemos hecho una primera selección, empezamos en una fase de test con todo el equipo. ¿Y por qué todo el equipo? Pues porque todo el equipo tiene que entender esas herramientas, ¡porque en un futuro va a utilizarlas todo el equipo! No solo una persona, porque si no, seremos dependientes de esa única persona y, otra vez, ¡no seremos escalables! La idea es que el conocimiento se extienda y se democratice dentro de tu organización.
Paso 3: formación para la estrategia y las herramientas
Esta parte es crucial. Todo el equipo tiene que conocer la herramienta y todo el equipo tiene que conocer el plan y la estrategia. Una vez que tenemos el plan y la estrategia por escrito y presentada a todo el equipo, hacemos una formación interna. Así, todo el mundo sabe cómo utilizar la herramienta de inteligencia artificial a futuro, entiende su propósito y su papel en el proceso. Es como ensayar una obra de teatro antes del estreno, ¡nadie quiere sorpresas!
Paso 4: ¡a probar y definir guías claras!
Ahora sí, vamos a hacer un plan de test ya más formal. Vamos a hacer un test profundo con las diferentes herramientas que hemos elegido. Vamos a pasársela a todos los compañeros que definan tanto la marca como la imagen, y vamos a ver si eso tiene sentido. Si eso tiene sentido y está bien hecho (¡y esto es vital!), una vez que lo tenemos, vamos a definir unas guías generales.
Luego, ¡ojo aquí!, vamos a utilizar la inteligencia artificial para hacer un «template» (una plantilla) en una herramienta de edición de imágenes, como puede ser Canva, o puede ser Adobe After Effects, InDesign, o lo que sea. Me da exactamente igual qué herramienta uses, pero la clave es que vamos a utilizar la inteligencia artificial para hacer una herramienta escalable en el futuro, no para algo puntual. ¡Porque si no, no vamos a poder seguir utilizándola de la manera que queramos!
Paso 5: documenta tus prompts y procesos
Una vez que hemos hecho esto, tenemos un template y hemos documentado tanto todos los «prompts» (las instrucciones que le damos a la IA) que estamos utilizando con la inteligencia artificial como todo lo que estamos haciendo con ellos. La documentación es tu mejor amiga. ¿Imaginas perder todo el trabajo y no saber cómo replicarlo? ¡Sería un desastre! Así que, ¡a documentar!
Paso 6: estandarización, industrialización y… ¡medición!
Apoyado en esa documentación, el siguiente paso es que empezamos la fase de estandarización e industrialización. Es decir, utilizar la IA de manera automática en mis procesos y, aquí viene la clave, ¡medir si estoy reduciendo costes y aumentando la productividad! Porque, posiblemente, algunas herramientas de inteligencia artificial creamos que nos están saliendo más baratas que si lo hiciera una persona y creamos que está siendo más productivo, ¡pero no es así! Por eso tenemos que medirlo. Medir, medir y medir.
Resumen para trabajar con IA: Ten un plan, no improvises
Y una vez que hayamos medido y veamos que realmente es más productivo, y veamos que realmente reduce coste y es mejor para mi empresa, ¡es entonces cuando la aplico y lo llevo a cabo! Pero no como estoy viendo a muchísima gente. Ah, es maravilloso, yo soy psicólogo y a partir de ahora voy a grabar todas las charlas que tenga con mi paciente y yo se las voy a meter en un robot de inteligencia artificial y él me va a decir lo que le pasa al paciente, me va a hacer un resumen general y yo solo tengo que leerlo. A lo mejor eso es escalable para algunos pacientes, ¡pero otros por seguridad no! Y otros, a lo mejor, posiblemente no porque el caso sea más complejo de los que tú estás tratando. ¿Me entiendes?
La inteligencia artificial es una herramienta potentísima, ¡no hay duda! Pero, como cualquier herramienta, debe usarse con cabeza, con un propósito y una estrategia clara. Tiene que ser un proceso escalable, con sentido y, sobre todo, medible. No tenemos que utilizar la inteligencia artificial «a capón», solo porque sea la moda o porque creamos que nos va a solucionar la vida de golpe. ¡Exactamente igual que no tenemos por qué utilizar ninguna herramienta «a capón» por el hecho de que sea moda!
Así que, antes de integrar cualquier IA en tu negocio o en tu día a día, detente, planifica y pregunta: ¿esto me aporta valor? ¿Puedo medir su impacto? ¿Es coherente con mi estrategia general? Si la respuesta es sí, ¡adelante! Si no, quizás sea el momento de revisar tu enfoque. ¡El futuro es emocionante, pero se construye con cabeza!